jueves, 29 de septiembre de 2016

Visión y embarazo

(Dedicado a mi mujer, Ángela, y a mi gran amigo Sergio. Sin ellos, no existiría esta entrada)


Durante el embarazo, el cuerpo de la mujer experimenta muchos cambios para poder albergar en las mejores condiciones al futuro recién nacido. Estos cambios son muy variados, pero los explicaremos con detenimiento.

Podemos clasificarlos en tres grupos:

  • Cambios fisiológicos
  • Cambios patológicos
  • Cambios en las patologías preexistentes.
En el primer grupo, el principal cambio que se experimenta es en la refracción ocular. Debido al cambio hormonal, nuestra córnea se vuelve edematosa, esto es, se acumula líquido entre sus fibras, provocando un cambio en el índice de refracción y modificando los parámetros principales corneales.


Otro cambio importante en este primer grupo es la inadaptación a las lentes de contacto, provocado por una disminución de la sensibilidad corneal debido al edema comentado anteriormente.

Otro aspecto a comentar es la disminución de la presión intraocular en el tercer trimestre del embarazo. Se han realizado estudios en todo el período de embarazo con monitoreo y exámenes de parámetros sensoriales, agudeza visual, control de disco óptico y curva tonométrica, no encontrándose variaciones patológicas.

Pasando a los cambios patológicos, empezamos a hablar de la coroidopatía serosa central. Se caracteriza por un desprendimiento seroso de la retina neurosensorial, presencia de líquido bordeado por un halo brillante a nivel de polo posterior y se observa disminución de la visión.

Esta patología es la más frecuente, se asegura que existen otras muchas más, pero que pasan desapercibidas porque suelen cursar sin apenas dar síntomas.

En los últimos tiempos, han surgido voces que han aconsejado, a pacientes con miopías elevadas, someterse a una cesárea en lugar del parto natural, debido al posible riesgo de desprendimiento de retina. Un reciente estudio, realizado por D. Sergio Bonaque y cía, ha resuelto justamente lo contrario.

Según dicho estudio, que es una revisión bibliográfica sobre dicho asunto, no existe ninguna evidencia científica que indique justamente esto. De hecho, en uno de los estudios, de 107 partos, sólo 20 fueron por cesárea, y no se indicó por ninguna cuestión oftalmológica, y ninguno de los partos presentó problema ocular debido al propio parto. Por conclusión, no existe ninguna evidencia científica que asegure que un parto pueda provocar un desprendimiento de retina.


Aun así, y como consejo general, siempre es aconsejable realizar una revisión optométrica y oftalmológica durante y después del embarazo, para poder evitar y detectar posibles problemas causados o no por el parto.

Y lo primordial, disfruten siempre del embarazo, es un momento irrepetible.


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